Hola Viajeros  

Hoy me gustaría hablaros de los tipos de maletas que, por lo general, solemos distinguir en el mercado. Suele ser un tema que nos despista mucho y espero que os sirva de ayuda en vuestras futuras compras 🙂

Por lo general, solemos distinguir entre dos tipos: maletas rígidas o duras y maletas blandas o de nylon. El material de las dos, es totalmente diferente. En el caso de las maletas rígidas, su estructura es rígida (como su nombre nos dice…) y están fabricadas en materiales como ABS, polipropileno, policarbonato o la tecnología Curv de Samsonite del que hablaremos en próximas entradas. Por su parte en las maletas blandas, tenemos una estructura más flexible y están fabricadas en telas como el nylon.

Y ahora lo más importante… ¿cuál es la principal diferencia? Pues dependiendo del medio de transporte que de forma más habitual vayamos a utilizar. A grandes rasgos, una maleta rígida está pensada para facturar, es decir, para viajes en avión. En teoría, es la maleta que mayor maltrato puede sufrir y es necesario que proteja, de una forma efectiva, nuestro equipaje. Por el contrario, la maleta de tela, está pensada para el resto de medios de transporte, y solemos ser nosotros los que movamos o coloquemos los bultos. Partiendo de esa premisa y del tipo de viajes que realicemos de una forma más habitual, podremos elegir la maleta que mejor cumpla nuestras necesidades y por que no… que también nos guste 😉

Maletas rígidas

La principal característica de este tipo de maletas es la protección que aporta a nuestro equipaje. Las maletas rígidas tienen una forma más redondeada, y aparte de la resistencia que ejercerá el material ante los golpes, su forma hará que los golpes resbalen. Además, si lo que queremos es protección ante la lluvia o viajamos a países muy húmedos, este tipo nos será de gran ayuda.

En cuanto al peso, existe la falsa creencia de que son maletas más pesadas que las de tela, pero gracias al cambio en los materiales con los que se fabrican, se ha conseguido reducir mucho esta diferencia y hacerla mínima. Por otro lado, y de forma estética, el colorido y diseño de este tipo de maletas es muy amplio y estoy segura de que te costará mucho decirte sólo por una 😉

Si estás buscando una maleta robusta y resistente, os recomiendo S’cure de Samsonite que protegerá tu equipaje de cualquier golpe que pueda sufrir.

Maletas blandas

Como veíamos antes, son maletas más flexibles y por eso están indicadas para viajes en los que el equipaje sea manipulado por nosotros mismos y no vaya a sufrir golpes. Que el material sea más flexible, permite que la maleta tenga bolsillos exteriores y además la posibilidad de ampliaciones que hará que la capacidad sea mayor.

Como caso concreto, si me gustaría daros un consejo sobre las maletas de cabina. En este caso, existe una diferencia considerable entre la capacidad que nos da una maleta rígida y una blanda. Como la maleta de cabina, normalmente suele subir con nosotros al avión, no es tan necesaria la protección del material rígido y por eso, podemos aprovechar la diferencia de capacidad para llevar el mayor equipaje posible.

En este caso, me gustaría recomendaros la colección Base Boost de Samsonite, que os dará una gran capacidad con una ligereza espectacular.

 

 

Espero que esta entrada os haya sido de ayuda y recordad que nos vemos en El Viajero.